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Valles Altos del Nansa y Saja y Alto Campoo, Cantabria, España

 

Valles Altos del Nansa y Saja y Alto Campoo, Cantabria, España
(Photo - Date: 26-07-2016 / Time: 13:35:08)

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El temor del Señor recrea el corazón, da contento y recocijo y largos días. Para el que teme al Señor, todo irá bien al fin, en el día de su muerte se le bendecirá. (Eclesiástico 1:12- 1:13)  -  1 / 80.

Principio de la sabiduría es temer al Señor, fue creada en el seno materno juntamente con los fieles. Entre los hombres puso su nido, fundación eterna, y con su linaje se mantendrá fielmente. (Eclesiástico 1:14- 1:15)  -  2 / 80.

Plenitud de la sabiduría es temer al Señor, ella les embriaga de sus frutos. Toda su casa colma de cosas deseables, y de sus productos sus graneros. (Eclesiástico 1:16- 1:17)  -  3 / 80.

Corona de la sabiduría el temor del Señor, ella hace florecer paz y buena salud. (El la vio y la contó), ciencia y conocimiento inteligente hizo llover, y la gloria de los que la poseen exaltó. (Eclesiástico 1:18- 1:19)  -  4 / 80.

Raíz de la sabiduría es temer al Señor, sus ramas, los largos días, sus frutos sacian al hombre. Llenará todas su casa de bienes y de tesoros, todas sus recamaras. (Eclesiástico 1:20- 1:21)  -  5 / 80.

No puede justificarse la pasión del injusto, que el impulso de su pasión le hace caer. Hasta su hora aguanta el que es paciente, mas después se le brinda contento. (Eclesiástico 1:22- 1:23)  -  6 / 80.

Hasta su hora oculta sus palabras, y entonces muchos labios prolamarán su inteligencia. En los tesoros de la sabiduría están las máximas de la ciencia, mas abominación para el pecador es la piedad para con Dios. (Eclesiástico 1:24- 1:25)  -  7 / 80.

Si apeteces sabiduría, guarda los mandamientos, y el Señor te la dispensará. Pues sabiduría y enseñanza es el temor del Señor; su complacencia, la fidelidad y mansedumbre. (Eclesiástico 1:26- 1:27)  -  8 / 80.

No seas indócil al temor del Señor, ni te acerques a él con corazón partido. No seas hipócrita delante de los hombres, pon guardia a tus labios. (Eclesiástico 1:28- 1:29)  -  9 / 80.

No te exaltes a ti mismo, para no caer y acarrearte deshonra, porque el Señor revelaría tus secretos y en medio de la asamblea te echaría por tierra, por no haberte llegado al temor del Señor, porque tu corazón está lleno de fraude.  Hijo, si te llegas a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba. (Eclesiástico 1:30- 2:1)  -  10 / 80.

 Endereza tu corazón, manténte firme, y no te aceleres en la hora de la adversidad.  Adhiérete a él, no te separes, para que seas exaltado en tus postrimerías. (Eclesiástico 2:2- 2:3)  -  11 / 80.

 Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, y en los reveses de tu humillación sé paciente.  Porque en el fuego se purifica el oro, y los aceptos a Dios en el honor de la humillación. (Eclesiástico 2:4- 2:5)  -  12 / 80.

 Confíate a él, y él, a su vez, te cuidará, endereza tus caminos y espera en él.  Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia, y no os desviéis, para no caer. (Eclesiástico 2:6- 2:7)  -  13 / 80.

 Los que teméis al Señor, confiaos a él, y no os faltará la recompensa.  Los que teméis al Señor, esperad bienes, contento eterno y misericordia. (Eclesiástico 2:8- 2:9)  -  14 / 80.

Mirad a las generaciones de antaño y ved: ¿Quién se confió al Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y quedó abandonado? ¿Quién le invocó y fue desatendido? Que el Señor es compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en la hora de la tribulación. (Eclesiástico 2:10- 2:11)  -  15 / 80.

¡Ay de los corazones flacos y las manos caídas, del pecador que va por senda doble! ¡Ay del corazón caído, que no tiene confianza! por eso no será protegido. (Eclesiástico 2:12- 2:13)  -  16 / 80.

¡Ay de vosotros que perdisteis el aguante! ¿Qué vais a hacer cuando el Señor os visite? Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras, los que le aman guardan sus caminos. (Eclesiástico 2:14- 2:15)  -  17 / 80.

Los que temen al Señor buscan su agrado, los que le aman quedan llenos de su Ley. Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan. (Eclesiástico 2:16- 2:17)  -  18 / 80.

Caeremos en manos del Señor y no en manos de los hombres, pues como es su grandeza, tal su misericordia.  A mí que soy vuestro padre escuchadme, hijos, y obrad así para salvaros. (Eclesiástico 2:18- 3:1)  -  19 / 80.

 Pues el Señor glorifica al padre en los hijos, y afirma el derecho de la madre sobre su prole.  Quien honra a su padre expía sus pecados; (Eclesiástico 3:2- 3:3)  -  20 / 80.

como el que atesora es quien da gloria a su madre.  Quien honra a su padre recibirá contento de sus hijos, y en el día de su oración será escuchado. (Eclesiástico 3:4- 3:5)  -  21 / 80.

 Quien da gloria al padre vivirá largos días, obedece al Señor quien da sosiego a su madre:  como a su Señor sirve a los que le engendraron. (Eclesiástico 3:6- 3:7)  -  22 / 80.

 En obra y palabra honra a tu padre, para que te alcance su bendición.  Pues la bendición del padre afianza la casa de los hijos, y la maldición de la madre destruye los cimientos. (Eclesiástico 3:8- 3:9)  -  23 / 80.

No te gloríes en la deshonra de tu padre, que la deshonra de tu padre no es gloria para ti. Pues la gloria del hombre procede de la honra de su padre, y baldón de los hijos es la madre en desdoro. (Eclesiástico 3:10- 3:11)  -  24 / 80.

Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. Aunque haya perdido la cabeza, sé indulgente, no le desprecies en la plenitud de tu vigor. (Eclesiástico 3:12- 3:13)  -  25 / 80.

Pues el servicio hecho al padre no quedará en olvido, será para ti restauración en lugar de tus pecados. Así la justicia será el fundamento de tu casa y en el día de tu tribulación se acordará El de ti y como el hielo en buen tiempo, así se disolverán tus pecados. ¡Oh, cuan infame es quién a su padre desampara! ¡Y cómo es maldito de Dios aquel que exaspera a su madre! (Eclesiástico 3:14- 3:15)  -  26 / 80.

Sobrellevar los defectos de la madre en su decrepitud no quedará sin recomensa. Como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito del Señor quien irrita a su madre. Haz, hijo, tus obras con dulzura y mansedumbre, así serás amado por el acepto a Dios. (Eclesiástico 3:16- 3:17)  -  27 / 80.

Cuanto más grande seas, más debes humillarte en todas las cosas, y ante el Señor hallarás gracia. Pues grande es el poderío del Señor, (Eclesiástico 3:18- 3:19)  -  28 / 80.

Sólo Dios es grande en poder y por los humildes es glorificado. No busques lo que te sobrepasa, ni lo que excede tus fuerzas trates de escrutar. (Eclesiástico 3:20- 3:21)  -  29 / 80.

Lo que se te encomienda, eso medita, que no te es menester lo que está oculto. En lo que excede a tus obras no te fatigues, pues más de lo que alcanza la inteligencia humana se te ha mostrado ya. Piensa siempre en lo que te ha mandado Dios y no seas curioso escudriñador de sus muchas obras. (Eclesiástico 3:22- 3:23)  -  30 / 80.

Porque no te es necesario ver por tus ojos los ocultos arcanos de Dios. Que a muchos descaminaron sus prejuicios, una falsa ilusión extravió sus pensamientos. No quieras escudriñar con ansia las cosas superfluas, ni indagar curiosamente las muchas obras de Dios. Porque muchas cosas se te han enseñado, que sobrepasan la humana inteligencia. (Eclesiástico 3:24- 3:25)  -  31 / 80.

El corazón obstinado en mal acaba, y el que ama el peligro caerá en él. El corazón obstinado se carga de fatigas, el pecador acumula pecado tras pecado. (Eclesiástico 3:26- 3:27)  -  32 / 80.

Para la adversidad del orgulloso no hay remedio, pues la planta del mal ha echado en él raíces. El corazón del prudente medita los enigmas. un oído que le escuche es el anhelo del sabio. (Eclesiástico 3:28- 3:29)  -  33 / 80.

El agua apaga el fuego llameante, la limosma perdona los pecados. Quien con favor responde prepara el porvenir, el día de su caída encontrará un apoyo. (Eclesiástico 3:30- 3:31)  -  34 / 80.

 Hijo, no prives al pobre del sustento, ni dejes en suspenso los ojos suplicantes.  No entristezcas al que tiene hambre, no exasperes al hombre en su indigencia. (Eclesiástico 4:1- 4:2)  -  35 / 80.

 No te ensañes con el corazón exasperado, no hagas esperar la dádiva al mendigo.  No rechaces al suplicante atribulado, ni apartes tu rostro del pobre. (Eclesiástico 4:3- 4:4)  -  36 / 80.

 No apartes del mendigo tus ojos, ni des a nadie ocasión de maldecirte.  Pues si maldice en la amargura de su alma, su Hacedor escuchará su imprecación. (Eclesiástico 4:5- 4:6)  -  37 / 80.

 Hazte querer de la asamblea, ante un grande baja tu cabeza.  Inclina al pobre tus oídos, responde a su saludo de paz con dulzura. (Eclesiástico 4:7- 4:8)  -  38 / 80.

 Arranca al oprimido de manos del opresor, y a la hora de juzgar no seas pusilánime. Sé para los huérfanos un padre, haz con su madre lo que hizo su marido. Y serás como un hijo del Altísimo; él te amará más que tu madre. (Eclesiástico 4:9- 4:10)  -  39 / 80.

La sabiduría a sus hijos exalta, y cuida de los que la buscan. El que la ama, ama la vida, los que en su busca madrugan serán colmados de contento. (Eclesiástico 4:11- 4:12)  -  40 / 80.

El que la posee tendrá gloria en herencia, dondequiera que él entre, le bendecirá el Señor. Los que la sirven, rinden culto al Santo, a los que la aman, los ama el Señor. (Eclesiástico 4:13- 4:14)  -  41 / 80.

El que la escucha, juzgará a las naciones, el que la sigue, su tienda montará en seguro. Si se confía a ella, la poseerá en herencia, y su posteridad seguirá poseyéndola. (Eclesiástico 4:15- 4:16)  -  42 / 80.

Pues, al principio, le llevará por recovecos, miedo y pavor hará caer sobre él, con su disciplina le atormentará hasta que tenga confianza en su alma y le pondrá a prueba con sus preceptos, mas luego le volverá al camino recto, le regocijará y le revelará sus secretos. (Eclesiástico 4:17- 4:18)  -  43 / 80.

Que si él se descarría, le abandonará, y le dejará a merced de su propia caída. Ten en cuenta el momento y guárdate del mal, no te avergüences de ti mismo. (Eclesiástico 4:19- 4:20)  -  44 / 80.

Porque hay una vergüenza que conduce al pecado, y otra vergüenza hay que es gloria y gracia. No tengas miramientos en contra de ti mismo, y no mudes de color por tu caída. (Eclesiástico 4:21- 4:22)  -  45 / 80.

No contengas la palabra cuando pueda salvar, y no escondas tu sabiduría. Que la sabiduría se da a conocer en la palabra, y la educación en los discursos de la lengua. (Eclesiástico 4:23- 4:24)  -  46 / 80.

A la verdad no contradigas, mas ruborízate de no estar educado. No te avergüences de confesar tus pecados, no te opongas a la corriente del río. (Eclesiástico 4:25- 4:26)  -  47 / 80.

No te aplanes ante el hombre insensato, ni tengas miramiento al poderoso. Hasta la muerte por la verdad combate, y el Señor Dios peleará por ti. (Eclesiástico 4:27- 4:28)  -  48 / 80.

No seas atrevido con tu lengua, ni perezoso y negligente en tus obras. No seas un león en tu casa y un corbade entre tus servidores. (Eclesiástico 4:29- 4:30)  -  49 / 80.

No sea tu mano abierta para recibir, y cerrada para dar.  En tus riquezas no te apoyes ni digas: «Tengo bastante con ellas.» (Eclesiástico 4:31- 5:1)  -  50 / 80.

 No te dejes arrastrar por tu deseo y tu fuerza para seguir la pasión de tu corazón.  No digas: «¿Quién me domina a mí?», porque el Señor cierto que te castigará. (Eclesiástico 5:2- 5:3)  -  51 / 80.

 No digas: «Pequé, y ¿qué me ha pasado?», porque el Señor es paciente.  Del perdón no te sientas tan seguro que acumules pecado tras pecado. (Eclesiástico 5:4- 5:5)  -  52 / 80.

 No digas: «Su compasión es grande, él me perdonará la multitud de mis pecados.» Porque en él hay misericordia, pero también hay cólera, y en los pecadores se desahoga su furor.  No te tardes en volver al Señor, no lo difieras de un día para otro, pues de pronto salta la ira del Señor, y perecerás al tiempo del castigo. (Eclesiástico 5:6- 5:7)  -  53 / 80.

 No te apoyes en riquezas injustas, que de nada te servirán el día de la adversidad.  No avientes a cualquier viento, ni vayas por cualquier senda, (así hace el pecador de lengua doble). (Eclesiástico 5:8- 5:9)  -  54 / 80.

Manténte firme en tu pensamiento, y sea una tu palabra. Sé pronto en escuchar, y tardo en responder. (Eclesiástico 5:10- 5:11)  -  55 / 80.

Si sabes alguna cosa, a tu prójimo responde, si no, pon tu mano en la boca. Gloria y deshonra caben en el hablar, y en la lengua del hombre está su ruina. (Eclesiástico 5:12- 5:13)  -  56 / 80.

Que no se te llame maldiciente, no pongas lazos con tu lengua, que sobre el ladrón cae la vergüenza, y dura condenación sobre la lengua doble. Ni en lo grande ni en lo pequeño yerres, ni de amigo te vuelvas enemigo. (Eclesiástico 5:14- 5:15)  -  57 / 80.

. Porque el mal nombre hereda confusión y oprobio; así el pecador de lengua doble. . No te engrías en el capricho de tu alma, para que no sea desgarrada tu alma (como un toro) (Eclesiástico 6:1- 6:2)  -  58 / 80.

. y tus hojas devores, y destruyas tus frutos, y te dejes a ti mismo como un tronco seco. . El mal deseo pierde al que lo adquiere, hace de él irrisión del enemigo. (Eclesiástico 6:3- 6:4)  -  59 / 80.

. La boca amable multiplica sus amigos, la lengua que habla bien multiplica las afabilidades. . Sean muchos los que estén en paz contigo, mas para consejero, uno entre mil. (Eclesiástico 6:5- 6:6)  -  60 / 80.

. Si te echas un amigo, échatelo probado, y no tengas prisa en confiarte a él. . Porque hay amigo que lo es de ocasión, y no persevera en el día de tu angustia. (Eclesiástico 6:7- 6:8)  -  61 / 80.

. Hay amigo que se vuelve enemigo, y descubrirá la disputa que te ocasiona oprobio. . Hay amigo que comparte tu mesa, y no persevera en el día de tu angustia. (Eclesiástico 6:9- 6:10)  -  62 / 80.

. Cuando te vaya bien, será como otro tú, y con tus servidores hablará francamente; . mas si estás humillado, estará contra ti, y se hurtará de tu presencia. (Eclesiástico 6:11- 6:12)  -  63 / 80.

. De tus enemigos apártate, y de tus amigos no te fíes. . El amigo fiel es seguro refugio, el que le encuentra, ha encontrado un tesoro. (Eclesiástico 6:13- 6:14)  -  64 / 80.

. El amigo fiel no tiene precio, no hay peso que mida su valor. . El amigo fiel es remedio de vida, los que temen al Señor le encontrarán. (Eclesiástico 6:15- 6:16)  -  65 / 80.

. El que teme al Señor endereza su amistad, pues como él es, será su compañero. . Hijo, desde tu juventud haz acopio de doctrina, y hasta encanecer encontrarás sabiduría. (Eclesiástico 6:17- 6:18)  -  66 / 80.

. Como el labrador y el sembrador, trabájala, y cuenta con sus mejores frutos, que un poco te fatigarás en su cultivo, y bien pronto comerás de sus productos. . Muy dura es para los ignorantes, no aguanta en ella el mentecato. (Eclesiástico 6:19- 6:20)  -  67 / 80.

. Como piedra de toque pesa sobre él, no tardará en sacudírsela . . Pues la sabiduría hace honor a su nombre, no se hace patente a muchos. (Eclesiástico 6:21- 6:22)  -  68 / 80.

. Escucha, hijo, acoje mi criterio, y mi consejo no rechaces. . Mete tus pies en sus anillas, y en su collar tu cuello. (Eclesiástico 6:23- 6:24)  -  69 / 80.

. Encorva tu espalda y cárgala, no te rebeles contra sus cadenas. . Con toda tu alma acércate de ella, y con toda tu fuerza guarda sus caminos. (Eclesiástico 6:25- 6:26)  -  70 / 80.

. Rastréala, búscala, y se te dará a conocer, cuando la hayas asido, no la sueltes. . Porque al fin hallarás en ella el descanso, y ella se te trocará en contento. (Eclesiástico 6:27- 6:28)  -  71 / 80.

. Te serán sus anillas protección poderosa, y sus collares ornamento glorioso. . Pues adorno de oro es su yugo, y sus cadenas cordones de jacinto. (Eclesiástico 6:29- 6:30)  -  72 / 80.

. Como vestidura de gloria te la vestirás, te la ceñirás cual corona de júbilo. . Si quieres, hijo, serás adoctrinado, si te aplicas bien, entenderás de todo. (Eclesiástico 6:31- 6:32)  -  73 / 80.

. Si te gusta escuchar, aprenderás, si inclinas tu oído, serás sabio. . Acude a la reunión de los ancianos; ¿que hay un sabio?, júntate a él. (Eclesiástico 6:33- 6:34)  -  74 / 80.

. Anhela escuchar todo discurso que venga de Dios, que no se te escapen los proverbios agudos. . Si ves un hombre prudente, madruga a seguirle, que gaste tu pie el umbral de su puerta. (Eclesiástico 6:35- 6:36)  -  75 / 80.

. Medita en los preceptos del Señor, aplícate sin cesar a sus mandamientos. El mismo afirmará tu corazón, y se te dará la sabiduría que deseas. No hagas mal, y el mal no te dominará, (Eclesiástico 6:37- 7:1)  -  76 / 80.

sepárate del injusto, y él se alejará de ti. No siempres, hijo, en surcos de injusticia, no sea que coseches siete veces más. (Eclesiástico 7:2- 7:3)  -  77 / 80.

No pidas al Señor la preeminencia, ni al rey silla de gloria. No te hagas el justo delante del Señor, ante el rey no te las des de sabio. (Eclesiástico 7:4- 7:5)  -  78 / 80.

No te empeñes en llegar a ser juez, no sea que no puedas extirpar lainjusticia, o te dejes influir del poderoso, y pongas un tropiezo en tu entereza. No peques contra la asamblea de la ciudad, ni te rebajes a ti mismo ante el pueblo. (Eclesiástico 7:6- 7:7)  -  79 / 80.

En el pecado no te enredes dos veces, pues ni una sola quedarás impune. No digas: «Pondrá él sus ojos en la abundancia de mis dones, cuando se los presente al Dios Altísimo, los aceptará.» (Eclesiástico 7:8- 7:9)  -  80 / 80.

 

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