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Cerro de los Perdigones, Pozuelo de Alarcón, Madrid

 

Cerro de los Perdigones, Pozuelo de Alarcón, Madrid
(Photo - Date: 02-08-2015 / Time: 21:23:43)

GRANDES-ENIGMAS-DE-NUESTRO-TIEMPO

Grandes enigmas de nuestro tiempo y temas interesantes aún sin descifrar

 

 

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Su bendición se ha desbordado como un río, como un diluvio ha inundado la tierra. De igual modo las naciones recibirán en herencia su ira, como cuando él cambió las aguas en salinas. (Eclesiástico 39:22- 39:23)  -  1 / 80.

Sus caminos rectos son para los santos, así como para los sin ley son piedras de tropiezo. Los bienes están desde el principio creados para los buenos, así como los males para los pecadores. (Eclesiástico 39:24- 39:25)  -  2 / 80.

De primera necesidad para la vida del hombre es el agua, el fuego, el hierro y la sal, la flor de harina de trigo, la leche y la miel, el jugo de uva, el aceite y el vestido. Todo esto son bienes para los piadosos, mas para los pecadores se truecan en males. (Eclesiástico 39:26- 39:27)  -  3 / 80.

Hay vientos creados para el castigo, en su furor ha endurecido él sus látigos; al tiempo de la consumación su fuerza expanden, y desahogan el furor del que los hizo. Fuego y granizo, hambre y muerte, para el castigo ha sido creado todo esto. (Eclesiástico 39:28- 39:29)  -  4 / 80.

Y dientes de fieras, escorpiones, víboras y espada vengadora para la perdición del impío. Todos hallan contento en hacer su mandato, en la tierra están prontos para su menester, y llegada la ocasión no traspasarán su orden. (Eclesiástico 39:30- 39:31)  -  5 / 80.

Por eso desde el principio me reafirmé, medité y he puesto por escrito: «Las obras del Señor son todas buenas, a su tiempo provee él a toda necesidad. (Eclesiástico 39:32- 39:33)  -  6 / 80.

No hay por qué decir: Esto es peor que aquello, porque todo a su tiempo es aprobado. Y ahora con todo el corazón y la boca cantad himnos y bendecid el nombre del Señor.» (Eclesiástico 39:34- 39:35)  -  7 / 80.

 Grandes trabajos han sido creados para todo hombre, un yugo pesado hay sobre los hijos de Adán, desde el día que salieron del vientre de su madre, hasta el día del retorno a la madre de todo.  Sus reflexiones, el miedo de su corazón es la idea del futuro, el día de la muerte. (Eclesiástico 40:1- 40:2)  -  8 / 80.

 Desde el que está sentado en un trono glorioso, hasta el que en tierra y ceniza está humillado,  desde el que lleva púrpura y corona, hasta el que se cubre de tela grosera, sólo furor, envidia, turbación, inquietud, miedo a la muerte, resentimiento y discordia. (Eclesiástico 40:3- 40:4)  -  9 / 80.

 A la hora del descanso en la cama, el sueño de la noche altera el conocimiento.  Poco, casi nada, reposa, y ya en sueños, como en día de guardia, se ve turbado por las visiones de su corazón, como el que ha huído ante el combate. (Eclesiástico 40:5- 40:6)  -  10 / 80.

 A la hora de su turno se despierta, sorprendido de su vano temor.  Para toda carne, del hombre hasta la bestia, mas para los pecadores siete veces más: (Eclesiástico 40:7- 40:8)  -  11 / 80.

 Muerte, Contra los sin ley fue creado todo esto, y por su culpa se produjo el diluvio. (Eclesiástico 40:9- 40:10)  -  12 / 80.

Todo cuanto de tierra viene, a tierra vuelve, y cuanto de agua, en el mar desemboca. Todo don e injusticia serán aventados, más la fidelidad subsistirá por siempre. (Eclesiástico 40:11- 40:12)  -  13 / 80.

Las riquezas de los injustos se esfumarán como un torrente, como un gran trueno que en tormenta estalla. Cuando él abre las manos, se contenta, así los transgresores desaparecerán por completo. (Eclesiástico 40:13- 40:14)  -  14 / 80.

Los vástagos de los impíos no tienen muchas ramas, las raíces impuras sólo hallan piedra áspera. Caña que brota en toda agua o borde de río será arrancada antes que toda hierba. (Eclesiástico 40:15- 40:16)  -  15 / 80.

La caridad es como un paraíso de bendición, y la limosna permanece para siempre. La vida del que se basta a sí mismo y del obrero es dulce, pero más que ambos el que encuentra un tesoro. (Eclesiástico 40:17- 40:18)  -  16 / 80.

Los hijos y la fundación de una ciudad perpetúan el nombre, pero más que ambas cosas es estimada la mujer intachable. El vino y la música ponen contento el corazón, pero más que ambas cosas el amor a la sabiduría. (Eclesiástico 40:19- 40:20)  -  17 / 80.

La flauta y el salterio hacen el canto suave, pero más que ambas cosas la lengua dulce. Gracia y belleza el ojo anhela, pero más que ambas cosas el verdor del sembrado. (Eclesiástico 40:21- 40:22)  -  18 / 80.

Amigo y compañero se encuentran a su hora, pero más que ambos la mujer con el marido. Amigos y socorro para el tiempo de tribulación, pero más que ambos salva la limosna. (Eclesiástico 40:23- 40:24)  -  19 / 80.

Oro y plata hacen el paso firme, pero más que ambos se estima el consejo. La riqueza y la fuerza realzan el corazón, pero más que las dos, el temor del Señor. En el temor del Señor no existe mengua, con él no hay ya por qué buscar ayuda. (Eclesiástico 40:25- 40:26)  -  20 / 80.

El temor del Señor como un paraíso de bendición, protege él más que toda gloria. Hijo, no lleves una vida de mendicidad, que más vale morir que mendigar. (Eclesiástico 40:27- 40:28)  -  21 / 80.

Hombre que mira a la mesa de otro no merece el nombre de vida su existencia. Con comida ajena mancha su boca, pero el hombre instruido y educado de ello se guardará. En la boca del descarado la mendicidad resulta dulce, pero en su vientre es un fuego que abrasa. (Eclesiástico 40:29- 40:30)  -  22 / 80.

 ¡Oh muerte, qué amargo es tu recuerdo para el hombre que vive en paz entre sus bienes, para el varón desocupado a quien en todo le va bien, y todavía con fuerzas para servirse el alimento!  ¡Oh muerte, buena es tu sentencia para el hombre necesitado y carente de fuerzas, para el viejo acabado, ahíto de cuidados, que se rebela y ha perdido la paciencia! (Eclesiástico 41:1- 41:2)  -  23 / 80.

 No temas la sentencia de la muerte, recuerda tus comienzos y tu fin.  Esta sentencia viene del Señor sobre toda carne, ¿por qué desaprobar el agrado del Altísimo? Ya se viva diez, cien, mil años, no se reprocha en el seol la vida. (Eclesiástico 41:3- 41:4)  -  24 / 80.

 Hijos abominables son los hijos de los pecadores que viven en vecindad de impíos.  La herencia de los hijos de los pecadores va a la ruina, con su linaje se perpetúa el oprobio. (Eclesiástico 41:5- 41:6)  -  25 / 80.

 Al padre impío le reprochan sus hijos, porque por causa de él viven en oprobio.  ¡Ay de vosotros, impíos, que la ley del Altísimo habéis abandonado! (Eclesiástico 41:7- 41:8)  -  26 / 80.

 Si nacéis, para la maldición nacéis, si morís, la maldición heredáIsaías Todo cuanto viene de tierra, a tierra volverá, así irán los impíos de la maldición a la ruina. (Eclesiástico 41:9- 41:10)  -  27 / 80.

El duelo de los hombres se dirige a sus cuerpos, pero el nombre de los pecadores, que no es bueno, se borrará. Preocúpate de tu nombre, que eso te queda, más que mil grandes tesoros de oro. (Eclesiástico 41:11- 41:12)  -  28 / 80.

La vida buena tiene un límite de días, pero el buen nombre permanece para siempre. Conservad la instrucción en paz, hijos. Sabiduría escondida y tesoro invisible, ¿qué provecho hay en ambos? (Eclesiástico 41:13- 41:14)  -  29 / 80.

Más vale hombre que oculta su necedad, que hombre que oculta su sabiduría. Así pues, ruborizaos de lo que os voy a señalar, que no es bueno guardar toda vergüenza, ni todo es apreciato fielmente por todos. (Eclesiástico 41:15- 41:16)  -  30 / 80.

Ante un padre y una madre avergonzaos de la fornicación, de la mentira, ante el jefe y el poderoso; del extravío, ante juez y el magistrado, de la iniquidad, ante la asamblea y el pueblo; (Eclesiástico 41:17- 41:18)  -  31 / 80.

de la injusticia, ante el compañero y el amigo, del robo, ante el lugar en que resides; y ante la verdad de Dios y la alianza: de clavar los codos en los panes, (Eclesiástico 41:19- 41:20)  -  32 / 80.

de despreciar la recepción y el don, de callarse ante los que saludan, de mirar a mujer prostituta, de volver la cara a tu pariente, (Eclesiástico 41:21- 41:22)  -  33 / 80.

de quitar la parte y el don de otro, de clavar los ojos en mujer casada, de intimidades con la criada - ¡no te acerques a su lecho! - (Eclesiástico 41:23- 41:24)  -  34 / 80.

de palabras injuriosas ante los amigos - después de dar no hagas reproches - de repetir la palabra oída, de revelar las palabras secretas. (Eclesiástico 41:25- 41:26)  -  35 / 80.

Serás entonces de verdad un hombre ruboroso, y ante todo el mundo hallarás gracia.  Pero de lo que sigue no te avergüences, y no peques por tener acepción de personas: (Eclesiástico 41:27- 42:1)  -  36 / 80.

 de la ley del Altísimo y de su alianza, del juicio que justifica a los impíos,  de contar con compañero de viaje, de dar la herencia a compañeros, (Eclesiástico 42:2- 42:3)  -  37 / 80.

 de la exactitud de balanzas y pesas, de obtener grandes y pequeñas ganancias,  de provecho en la venta a comerciantes, de la copiosa instrucción de los hijos, de ensangrentar las costillas de un mal siervo. (Eclesiástico 42:4- 42:5)  -  38 / 80.

 Con mujer mala es bueno usar el sello, y, donde hay muchas manos, echa la llave.  Lo que entregues, hazlo con cuenta y medida, el haber y el debe, sea todo por escrito. (Eclesiástico 42:6- 42:7)  -  39 / 80.

 No te avergüences de enseñar al tonto y al necio, y al viejo acabado juzgado como joven. Serás entonces de verdad educado, y estimado de todo viviente.  Una hija es para el padre un secreto desvelo, aleja el sueño la inquietud por ella. En su juventud, miedo a que se le pase la edad, si está casada, a que sea aborrecida. (Eclesiástico 42:8- 42:9)  -  40 / 80.

Cuando virgen, no sea mancillada y en la casa paterna quede encinta. Cuando casada, a que sea infiel, cohabitando, a que sea estéril. Sobre la hija desenvuelta refuerza la vigilancia, no sea que te haga la irrisión de tus enemigos, comidilla en la ciudad, corrillos en el pueblo, y ante el vulgo espeso te avergüence. (Eclesiástico 42:10- 42:11)  -  41 / 80.

De ningún hombre te quedes mirando la belleza, y entre mujeres no te sientes. Porque de los vestidos sale la polilla, y de la mujer la malicia femenina. (Eclesiástico 42:12- 42:13)  -  42 / 80.

Vale más maldad de hombre que bondad de mujer, la mujer cubre de vergüenza y oprobio. Voy a evocar las obras del Señor, lo que tengo visto contaré. Por las palabras del Señor fueron hechas sus obras, y la creación está sometida a su voluntad. (Eclesiástico 42:14- 42:15)  -  43 / 80.

El sol mira a todo iluminándolo, de la gloria del Señor está llena su obra. No son capaces los Santos del Señor de contar todas sus maravillas, que firmemente estableció el Señor omnipotente, para que en su gloria el universo subsistiera. (Eclesiástico 42:16- 42:17)  -  44 / 80.

El sondea el abismo y el corazón humano, y sus secretos cálculos penetra. Pues el Altísimo todo saber conoce, y fija sus ojos en las señales de los tiempos. Anuncia lo pasado y lo futuro, y descubre las huellas de las cosas secretas. (Eclesiástico 42:18- 42:19)  -  45 / 80.

No se le escapa ningún pensamiento, ni una palabra se le oculta. Las grandezas de su sabiduría las puso en orden, porque él es antes de la eternidad y por la eternidad; nada le ha sido añadido ni quitado, y de ningún consejero necesita. (Eclesiástico 42:20- 42:21)  -  46 / 80.

¡Qué amables son todas sus obras!: como una centella hay que contemplarlas. Todo esto vive y permanece eternamente, para cualquier menester todo obedece. (Eclesiástico 42:22- 42:23)  -  47 / 80.

Todas las cosas de dos en dos, una frente a otra, y nada ha hecho deficiente. Cada cosa afirma la excelencia de la otra, ¿quién se hartará de contemplar su gloria? (Eclesiástico 42:24- 42:25)  -  48 / 80.

 Orgullo de las alturas, firmamento de pureza, tal la vista del cielo en su espectáculo de gloria.  El sol apareciendo proclama a su salida: «¡Qué admirable la obra del Altísimo!» (Eclesiástico 43:1- 43:2)  -  49 / 80.

 En su mediodía reseca la tierra, ante su ardor, ¿quién puede resistir?  Se atiza el horno para obras de forja: tres veces más el sol que abrasa las montañas; vapores ardientes despide, ciega los ojos con el brillo de sus rayos. (Eclesiástico 43:3- 43:4)  -  50 / 80.

 Grande es el Señor que lo hizo, y a cuyo mandato emprende su rápida carrera.  También la luna: sale siempre a su hora, para marcar los tiempos, señal eterna. (Eclesiástico 43:5- 43:6)  -  51 / 80.

 De la luna procede la señal de las fiestas, astro que mengua, después del plenilunio.  Lleva el mes su nombre; crece ella maravillosamente cuando cambia, enseña del ejército celeste que brilla en el firmamento del cielo. (Eclesiástico 43:7- 43:8)  -  52 / 80.

 Hermosura del cielo es la gloria de las estrellas. orden radiante en las alturas del Señor. Por las palabras del Señor están fijas según su orden. y no aflojan en su puesto de guardia. (Eclesiástico 43:9- 43:10)  -  53 / 80.

Mira el arco iris y a su Hacedor bendice, ¡qué bonito en su esplendor! Rodea el cielo con aureola de gloria, lo han tendido las manos del Altísimo. (Eclesiástico 43:11- 43:12)  -  54 / 80.

Con su orden precipita la nieve, y fulmina los rayos según su decreto. Por eso se abren sus cilleros, y vuelvan las nubes como pájaros. (Eclesiástico 43:13- 43:14)  -  55 / 80.

Con su grandeza hace espesas las nubes, y se desmenuzan las piedras de granizo. a su vista se conmueven los montes. A su voluntad sopla el viento del sur, (Eclesiástico 43:15- 43:16)  -  56 / 80.

El bramido de su trueno insulta a la tierra, el huracán del norte y los ciclones. Como pájaros que se posan esparce la nieve, que baja como langosta que salta al suelo. Admira el ojo la belleza de su blancura, y al verla caer se pasma el corazón. (Eclesiástico 43:17- 43:18)  -  57 / 80.

El derrama también sobre la tierra la escarcha como sal, que al helarse se queda como pinchos de espinas. El viento frío del norte sopla y se forma el hielo sobre el agua; sobre toda masa de agua se posa, y el agua se reviste como de coraza. (Eclesiástico 43:19- 43:20)  -  58 / 80.

Devora los montes, quema el desierto, y consume como fuego el verdor. Como remedio de todo llega presto la niebla, el rocío, después del viento ardiente, devuelve la alegría. (Eclesiástico 43:21- 43:22)  -  59 / 80.

Según su designio domeña el abismo, y planta islas en él. Los que surcan el mar hablan de sus peligros, y de lo que oyen nuestros oídos nos maravillamos. (Eclesiástico 43:23- 43:24)  -  60 / 80.

Allí están las cosas raras y maravillosas, variedad de animales, especies de monstruos marinos. Gracias a Dios tiene éxito su mensajero, y por su palabra todo está en su sitio. (Eclesiástico 43:25- 43:26)  -  61 / 80.

Muchos más podríamos decir y nunca acabaríamos; broche de mis palabras: «El lo es todo.» ¿Dónde hallar fuerza para glorificarle? ¡Que él es el Grande sobre todas sus obras! (Eclesiástico 43:27- 43:28)  -  62 / 80.

Temible es el Señor, inmensamente grande, maravilloso su poderío. Con vuestra alabanza ensalzad al Señor, cuanto podáis, que siempre estará más alto; y al ensalzarle redoblad vuestra fuerza, no os canséis, que nunca acabaréIsaías (Eclesiástico 43:29- 43:30)  -  63 / 80.

¿Quién le ha visto para que pueda describirle? ¿quién puede engrandecerle tal como es? Mayores que éstas quedan ocultas muchas cosas, que bien poco de sus obras hemos visto. (Eclesiástico 43:31- 43:32)  -  64 / 80.

Porque el Señor lo hizo todo, y dio a los piadosos la sabiduría.  Hagamos ya el elogio de los hombres ilustres, de nuestros padres según su sucesión. (Eclesiástico 43:33- 44:1)  -  65 / 80.

 Grandes glorias que creó el Señor, grandezas desde tiempos antiguos.  Hubo soberanos en sus reinos, hombres renombrados por su poderío, consejeros por su inteligencia, vaticinadores de oráculos en sus profecías, (Eclesiástico 44:2- 44:3)  -  66 / 80.

 guías del pueblo por sus consejos, por su inteligencia de la literatura popular, - sabias palabras había en su instrucción -  inventores de melodías musicales, compositores de escritos poéticos, (Eclesiástico 44:4- 44:5)  -  67 / 80.

 hombres ricos bien provistos de fuerza, viviendo en paz en sus moradas.  Todos estos fueron honrados en su generación, objeto de gloria fueron en sus días. (Eclesiástico 44:6- 44:7)  -  68 / 80.

 Hubo entre ellos quienes dejaron nombre, para que se hablara de ellos con elogio.  De otros no ha quedado recuerdo, desaparecieron como si no hubieran existido, pasaron cual si a ser no llegaran, así como sus hijos después de ellos. (Eclesiástico 44:8- 44:9)  -  69 / 80.

Mas de otro modo estos hombres de bien, cuyas acciones justas no han quedado en olvido. Con su linaje permanece una rica herencia, su posteridad. (Eclesiástico 44:10- 44:11)  -  70 / 80.

En las alianzas se mantuvo su linaje, y sus hijos gracias a ellos. Para siempre permanece su linaje, y su gloria no se borrará. (Eclesiástico 44:12- 44:13)  -  71 / 80.

Sus cuerpos fueron sepultados en paz, y su nombre vive por generaciones. Su sabiduría comentarán los pueblos, su elogio lo publicará la asamblea. (Eclesiástico 44:14- 44:15)  -  72 / 80.

Henoc agradó al Señor, y fue arrebatado, ejemplo de penitencia para las generaciones. Perfectamente justo Noé fue hallado, en el tiempo de la ira se hizo reconciliación. Gracias a él tuvo un resto la tierra, cuando llegó el diluvio. (Eclesiástico 44:16- 44:17)  -  73 / 80.

Alianzas eternas fueron con él pactadas, para que no fuera ya aniquilada por el diluvio toda carne. Abraham, padre insigne de una multitud de naciones, no se halló quien le igualara en gloria. (Eclesiástico 44:18- 44:19)  -  74 / 80.

El guardó la ley del Altísimo, y con él entró en alianza. En su carne grabó la alianza, y en la prueba fue hallado fiel. Por eso Dios le prometió con juramento bendecir por su linaje a las naciones, multiplicarle como el polvo de la tierra, encumbrar como las estrellas su linaje, y darles una herencia de mar a mar, desde el Río hasta los confines de la tierra. (Eclesiástico 44:20- 44:21)  -  75 / 80.

A Isaac le aseguró lo mismo, en gracia a su padre Abraham. La bendición de todos los hombres y la alianza las hizo reposar en la cabeza de Jacob. Le confirmó en sus bendiciones, y le otorgó su herencia. El dividió sus partes y las repartió entre las doce tribus. (Eclesiástico 44:22- 44:23)  -  76 / 80.

 Hizo salir de él un hombre de bien, que hallaba gracia a los ojos de todos, amado por Dios y por los hombres, Moisés, cuya memoria está envuelta en bendiciones.  Le hizo en gloria comparable a los santos, le engrandeció para temor de los enemigos. (Eclesiástico 45:1- 45:2)  -  77 / 80.

 Por su palabra puso fin a los prodigios, y le glorificó delante de los reyes; le dio para su pueblo mandamientos, y le mostró algo de su gloria.  En fidelidad y mansedumbre le santificó, le eligió entre toda carne. (Eclesiástico 45:3- 45:4)  -  78 / 80.

 Le hizo oír su voz, y le introdujo en la calígine; cara a cara le dio los mandamientos, la ley de vida y de saber, para enseñar a Jacob su alianza, y sus decretos a Israel.  Exaltó a Aarón, un santo semejante a éste, su hermano, de la tribu de Leví. (Eclesiástico 45:5- 45:6)  -  79 / 80.

 Le afirmó como alianza eterna, y le dio el sacerdocio del pueblo. Le hizo feliz con su espléndido ornamento, le ciño de gloriosa vestidura.  Le vistió de honor perfecto, y le confirmó con insignias de poder, calzones, túnica y efod. (Eclesiástico 45:7- 45:8)  -  80 / 80.

 

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